Capítulo Uno

Capítulo uno

Todos esos años maravillosos se estropearon en 10 minutos. Era el último año en el colegio. Yo me senté con Bárbara delante de Belén y Alejandra. Al nuestro lado, estaba Sam con un amigo. Otra vez: risas, charlas, juegos, bromas… ese momento mágico que me llenaba de alegría. Cuando llegamos a Zaragoza, donde haríamos una excursión de tres días, Sam no me hablaba:

-Hola, Sam ¿te has mareado?

-…

-Sam, ¿me escuchas?

-…

 Me fui. No me lo creía. Sam, super guapo, con esa sonrisa suya, esos ojos color avellana, ese pelo negro oscuro que cada vez que lo movía me volvía loca, ese amigo de la infancia no me hablaba. ¿Por qué? ¿Por qué, por qué y por qué? Se lo iba a preguntar cuando lo vi hablando con una chica muy guapa:

-Pues este viaje me ha gustado mucho-dijo él.

-Sí, he visto unas flores preciosas-dijo ella coqueta.

Los mataba, los mataba y los volvía a matar. Me dirigí hacia ellos con el puño preparado pero mis amigas me lo impidieron:

-Belén, tranquilízate, ya se la devolverás.

-¡Sí, pero le he preguntado que qué tal el viaje y se lo dice a ella y no a mí!-grité, furiosa por culpa del imbécil de él.

-Ya se la devolverás.

Me senté en mi asiento y no pude evitar echar una mirada hacia el lado y pude ver que Sam no estaba en su asiento. Su compañero sí, pero él no. ¿Dónde podía estar? No lo supe, así que eché un vistazo rápido hacia atrás donde se hallaba aquella chica hablando con una persona que no pude ver muy bien.
-Belén, ¿quieres sentarte bien? tranquila-dijo mi compañera de asiento y le hice caso-. Ya se la devolverás.
-No puedo pensar en otra cosa, que sea en aquellos dos-dije señalando con un dedo hacia atrás
-Tranquila, a lo mejor solo están hablando y nada más- señaló Bárbara.
-Y además Sam es tu amigo y no te iría a cambiar por otra persona- dijo Belén intentando tranquilizarme- ¿Porque te iba a cambiar por ella?
-¿Tú crees?
-Claro-confirmó.
-Tal vez esté exagerando un poco ¿no?- pensé, y me tranquilicé hasta que llegamos a nuestro destino,. Cuando bajamos del autobús pude ver como Sam  estaba rodeando con el brazo aquella chica. Salí corriendo hacia ellos pero una persona entrometida me cogió por la cintura impidiéndome el paso.
-¿Qué haces? suéltame-dije intentando liberarme aquellos brazos que me aferraban con fuerza
-Ya se la devolveremos, tranquila- dijo Bárbara que era la que me estaba sujetando de la cintura para no cometer la locura que iba a cometer.

En ese momento, sentí que una mirada dolida me miraba. Era Jonás, el mejor amigo de Sam, mi segundo mejor amigo, ese chico de ojos azules, pelo castaño al que siempre le he gustado. Le miré a los ojos, vi el dolor que le causaba y paré. Me senté y me dormí.

****
En ese rato, soñé lo que pasó la última noche en Zaragoza. La gente gritaba, se divertía, charlaba... y de repente, la supuesta novia de Sam gritó: SAM X BELÉN y todas sus amigas la corearon. No sabía donde meterme. Ahí se puso fin a la amistad de 6 años que habíamos tenido Sam y yo. En ese momento vinieron mis amigas. Alejandra las miraba con odio, Bárbara me daba ánimos y a Belén la tenían que sujetar para que no pegara a la "novia de Álvaro".
Se lo agradecí. Yo estaba super hundida lancé mi última mirada a Natalia (la novia de Álvaro)
Entonces la vi. Vi esa mirada que me dedicó Jonás de consuelo, como si me dijera que el estaría ahí pasara lo que pasase, que él me apoyaría.

****
Me desperté sobresaltada, ya que mis amigas me decían que me girara. Me giré y vi a Jonás gritando a Sam:
-¿Qué pasa?-pregunté
-Jonás le está diciendo a Sam que él no es nadie para hacerte daño.

Me acerqué al lugar donde aquellos dos chicos se estaban peleando e intenté separarlos, pero no pude. Casi me dan una bofetada en la mejilla pero Bárbara me cogió a tiempo.
-¡Queréis parar!- grité todo lo que pude y conseguí separarlos. Cuando se separaron la novia de Sam vino corriendo hacia donde nosotros estábamos, y le dio un beso para curar el corte que Jonás le había hecho en el labio. Yo como siempre intente guardar la compostura pero no pude: mis nervios salieron a la luz y me fui corriendo a un lugar donde jamás quería regresar, un lugar donde tan solo quería que la tristeza existía, un lugar donde nadie me molestaba, un lugar donde solo existía yo y mi soledad.
Cansada ya de correr me senté en un tronco y empecé a llorar ¿por qué? no lo sé, tal vez era por lo que sufría al ver como uno de mis mejores amigos se estaba besando con aquella chica. Alguien de entre las sombras me vio y yo  me sobresalté.
-¿Quién es?- pregunté alertada.
-Soy yo, Jonás- dijo acercándose a mí y mirándome con aquellos ojos color azul marino, aquellos ojos que estaban llenos de tristeza.
-¿Qué haces aquí?-dije extrañada.
-Me sentía mal-dijo acercándose cada vez más a mí, yo intenté alejarme pero me topé con un árbol, estaba acorralada.
-¿Por qué?- dije intentando escapar de aquella mirada que me tenía hipnotizada.
-Por ti - dijo simplemente y con un ademán se inclinó y me besó. Quién sabe por qué solamente sabía que respondí a aquel beso. Tenía la cabeza echa un lío.

Ese beso me prendó, me abandoné a sus brazos y le pasé las manos por los hombros, agarrando su pelo castaño.
Cuando el beso cesó no sabía que hacer, por un lado estaba Sam, mi amor platónico, siempre lo he querido y puede que se siempre le quiera, por otro lado está Jonás, el chico al que le gusto, el chico que me ha robado mi primer beso, el chico con el que he sentido cosas que nunca antes había sentido.
Jonás me sonreía y, cuando se inclinaba a darme otro beso me aparté hacia atrás.
-Lo siento-le dije, con la cabeza hecha un lío- pero... tengo que aclararme...